No cabe duda que al menos una hora antes de realizar cualquier ejercicio, nos resultará de ayuda comer algo. Pero también es importante comer e hidratarse durante y después del entrenamiento. Te presentamos una serie de consejos que puedes seguir para comer e hidratarte antes, durante y después de cada ejercicio físico.

Comer e hidratarse antes del ejercicio:

Comer algo, una hora antes del ejercicio, te resultará de ayuda durante el propio entrenamiento. Lo ideal será elegir una pieza de fruta fresca, una bebida deportiva o un gel energético de los que encontrarás en el mercado. Si optas por comer algo de tres a cuatro horas antes del ejercicio, puedes elegir un plato más nutritivo, como pasta con tomate o carne magra con ensalada, y evitar principalmente comidas grasas, como carnes grasas, fritos y alcohol.
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Comer e hidratarse durante del ejercicio:

Antes de empezar tu entrenamiento, no olvides beber unos tres vasos de agua, dos o tres horas antes de iniciar el ejercicio, y al final del entrenamiento te vendrá bien beber agua cada diez o quince minutos. Para hidratarse durante el ejercicio puedes tomar bebidas deportivas, siempre y cuando la duración del entrenamiento sea superior a los sesenta minutos y con una intensidad elevada. Para ejercicios muy prolongados, beber una bebida deportiva durante el propio entrenamiento puede ayudar a aumentar su duración.

Comer e hidratarse después del ejercicio:

Una vez que hayas finalizado tu entrenamiento, puedes comer algo, especialmente si se trata de ejercicio aeróbico y prolongado. Hazlo a los treinta o cuarenta y cinco minutos tras haber acabado el ejercicio, y procura comer fruta fresca o barritas energéticas, y en cuanto a líquidos, puedes optar por tomar alguna bebida que contenga gran cantidad de hidratos de carbono, como zumos de frutas. Esto te ayudará a restablecer las reservas de glucógeno consumidas durante el ejercicio.

En estos casos, también las barritas de proteínas pueden ser útiles, pero recuerda que no debe ser en exceso, ya que si tomas demasiadas proteínas inmediatamente después del ejercicio, éstas impactarán negativamente en tu cuerpo, tanto en su rehidratación, como en el restablecimiento de reservas de glucógeno.