Durante los primeros meses de vida del bebé, hay que poner especial cuidado en lo referente a la limpieza de ojos, oídos y nariz del bebé. En cuanto a los oídos es normal que presenten abundante cera, necesaria para proteger el oído medio e interno de las infecciones externas. Esta cera del oído del bebé presentará un aspecto amarillento y pegajoso, sino presenta este aspecto, deberás consultar al pediatra.

Durante los primeros días no es aconsejable quitar la cera mediante bastoncillos, porque con ellos puedes empujar la cera hacia el interior y formar un tapón en el interior del oído. Decidas usar o no los bastoncillos o hisopos para limpiar los oídos del bebé, deberás tener en cuenta que «nunca« has de introducir en profundidad el bastoncillo, ni cualquier otro objeto en el canal auditivo del bebé, ya que el tímpano podría ser dañado. Es muy importante saber usar y retirar el hisopo a tiempo, en vez de empujar la cera más hacia el interior. Podrás usar los bastoncillos o hisopos para limpiar la superficie de la oreja.
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Para limpiar los oídos de tu bebé, empieza por limpiar su oreja, y la parte más externa con un bastoncillo humedecido con aceita o un peróxido, o bien, un paño humedecido con agua tibia. Recuerda que los oídos del bebé sólo necesitan una limpieza superficial. El momento ideal para hacerlo será el momento del baño, así aprovechamos para secar bien los restos de agua que queden en la oreja del pequeño.

Respecto a la limpieza nasal del bebé, es muy importante fijarnos que las fosas nasales del pequeño no estén obstruidas. Si lo están, para descongestionarlas, no se deben usar bastoncillos o hisopos, ya que pueden empujar las mucosidades hacia el interior, empeorando el problema.

Si ves que a tu bebé le cuesta respirar por contener abundantes mocos, puedes administrarles unas gotas de suero fisiológico en cada fosa nasal, y usar una pequeña pera para aspirar, cuidadosamente, las mucosidades, si ves que tu no bebé nos las expulsa por sí mismo. Has de tener en cuenta que, esta operación es bastante molesta para el bebé, por eso, el mejor momento para hacerlo es, cuando esté más relajado, como después del baño, que además, estas mucosidades estarán más reblandecidas por la humedad.