Como ya sabrás, un masaje ayudará a los más pequeños de la casa a relajarse. Un masaje es una de las formas de propiciar la comunicación entre padres e hijos, les ayudará a sentirse bien y a crecer bien, sintiéndose queridos.

¿Cuál es el mejor momento para dar un masaje a mi bebé?

El mejor momento del día para dar un masaje a nuestro bebé es tras el baño, antes de dormir. Aprovecha para acurrucarlo en su abornoz o toalla. Lo más importante es que los dos estéis cómodos y tengáis buena predisposición a ello. El único momento del día que debemos evitar dar un masaje a nuestro bebé, es tras la comida, tras darle el pecho o el biberón. En ese momento, tu bebé no apreciará un buen masaje.

El mejor entorno de masaje:

A la hora de dar un masaje a tu bebé, deberás elegir un buen entorno, para que tanto tú como tu pequeño os sintáis cómodos. Busca una habitación con buena temperatura, en la que no existan corrientes de aire, que sea tranquila y que no tenga una iluminación intensa. Quizás los dos mejores sitios sean sobre el cambiador o la cama. Si lo haces sobre la cama, aprovecha para apoyar la espalda y colocar a tu bebé en tus piernas, sobre una almohada o manta suave.

Para disfrutar del masaje, es imprescindible que tu bebé esté desnudo. Para tranquilizarlo, puedes usar una toalla y tapar aquellas partes que no vayas a masajear.

Si tu bebé llora o ves que se siente incómodo, puedes optar por cambiar la postura o tal vez, no sea el mejor momento para darle un masaje. Inténtalo en otro momento.

¿Cuánto tiempo debe durar el masaje para bebés?

Los masajes para bebés se pueden iniciar una vez que a tu pequeño se le caiga el cordón umbilical, aunque es habitual que algunas madres comiencen a dar masajes a sus pequeños una vez que han cumplido su primer mes de vida. A partir de ese momento, el masaje puede durar de 5 a 10 minutos. Al principio, opta por sesiones cortas pero regulares, y poco a poco podrás alargarlas en el tiempo.

¿Hasta qué edad puedo dar masajes a mi bebé?

En cuanto a los masajes, no hay una edad límite, al igual que puedes comenzar a dar masajes a tu bebé desde sus primeros días de vida, podrás continuar con ellos hasta que tu niño te indique que ya no quiere más masajes. Por lo que podemos decir, que el límite lo pondrá tu hijo.

¿Qué productos se pueden utilizar para dar masajes a los bebés?

En principio puedes optar por cualquier productor sencillo, evitando en todo momento el aceite de almendra dulce, por riesgo de alergias. Utiliza aceites o cremas sin perfume, sin parabenos, y preferiblemente, sin alcohol. En el mercado encontrarás algunas marcas de productos cosméticos especiales para bebés que ofrecen productos para masajes.

¿Cómo dar un masaje a los bebés? ¿Qué técnicas usar?

Lo primero que debes tener en cuenta es que, a la hora de dar un masaje a tu bebé, no es lo mismo un masaje para un adulto al que podríamos darle a nuestro bebé. Tampoco eres fisioterapeuta, por lo que deberás ir con mucho cuidado.

Empieza el masaje con suaves caricias. El masaje deberá ser firme, pero suave. A medida que el bebé crezca, podrás ir perfeccionando tu técnica, intensificando el masaje. Si no sabes qué técnica seguir, apúntante a un cursillo.

Antes de comenzar con el masaje, deberás quitarte aquellas joyas o elementos que puedan hacer daño a tu pequeño. Lávate las manos y úntalas con aceite. Una vez que tus manos tengan el aceite, frotátelas unos minutos para que se calienten. Habla a tu bebé y haz pequeños movimientos sobre su cuerpo, explicando aquello que vas a hacer. También puedes aprovechar este momento, para cantar o narrar un cuento inventando, interpretándolo con tus manos sobre su cuerpecito.

Comienza el masaje del bebé acariciando su cuerpo de arriba a abajo. Repite cada movimiento cuatro o cinco veces. Y párate en el momento en el que tu pequeño comience a agitarse o inquitarse.

Masajea sus piernas con el interior de tu mano, alternando cada mano y siguiendo el curso entre la ingle y el tobillo. Presiona, suavemente, el pulgar del pie y deslízate por su planta haciendo movimientos del talón a los deditos y viceversa. Sobre su vientre, podrás masajear durante 1 minutos, más o menos, haciendo círculos en el sentido de las agujas del reloj. Desliza las manos con suavidad, primero una y luego la otra. En cuanto a los brazos y manos, haremos de forma similar a las piernas, descendiendo poco a poco, hasta llegar a su mano.

Para darle un masaje a tu bebé en la espalda, colócalo boca abajo, pasa tus manos por su espalda con delicadeza, alternándolas y descendiendo del cuello hacia la parte inferior de la espalda. Acaba con un ligero masaje en su culito.

Cuando decidas acabar el masaje, coloca a tu bebé boca arriba, vístelo enseguida para que no cambie la temperatura de su cuerpo. Aprovecha el momento, para darle algunos mimos o caricias.

Recuerda que el masaje para bebés es una forma de aprender a comunicarnos con los más pequeños. Tu bebé se sentirá bien y el contacto de piel con piel prolongará el contacto cálido del útero materno, instaura un lenguaje corporal que ayuda a expresar ternura y os unirá un poco más.