Seguramente en alguna ocasión habéis sido víctima de alguna rabieta infantil, ya sea de vuestro hijo, hija, sobrinos, hijos de amigos u otros niños cercanos. Si has pasado por este hecho, habrás comprobado que la situación es bastante desconcertante sobre todo porque en la mayoría de los casos no somos conscientes de los motivos que han dado origen a dicha rabieta ni sabemos cómo hacer que desaparezca.

Podríamos decir que la rabieta infantil no es más que una respuesta del niño ante una determinada situación, que se escapa de su control. Las rabietas infantiles suelen aparecer en el primer año de vida del bebé, dándose con más frecuencia entre los dos y cuatro años de edad. ¿Pero por qué aparece la rabieta? Las causas pueden ser varias, pero podemos agruparlas en tres categorías:

rabietas1

· Necesidad física: El niño siente una necesidad física, que quiere eliminar, pero no sabe cómo, puede ser hambre, sed, cansancio, aburrimiento o cualquier otra necesidad fisiológica.

· Miedo o frustración: Se dan cuando el niño tiene una capacidad de autocontrol muy pequeña, y el mundo que le rodea le pone ante situaciones que desconoce, en esos caso, el niño siente la necesidad de expresar lo que lleva dentro y no sabe cómo hacerlo, recurriendo a la rabieta.

· Falta de información: Las rabietas por falta de información se suelen dar cuando el niño no consigue comprender por qué se la ha reñido o castigado, o si no le facilitamos la información que necesita para comprender una determinada situación.

Ahora bien, ¿Cómo combatir las rabietas? Quizás cada persona te aconseje diversas formas de cómo combatir las rabietas, formas que a ellos les fueron eficaces en su momento, pero hemos de recordar que no todos los niños son iguales, ni siquiera los que tienen los mismos padres (hermanos) y han seguido una educación similar, por eso, lo que les funcione a otros, puede no funcione con tu niño, o viceversa. Lo mejor para combatir las rabietas, por duro que resulte, es dejarle al niño el espacio que necesite, permitiendo que saque lo que lleva dentro, pero a la vez evitando que se sienta ignorado, pero siempre sin agobiarle.

Comprender las rabietas infantiles es muy difícil, al igual que el ser padres, pero del mismo modo lo es ser niño. Por eso hay que armarse siempre con mucha paciencia. Es muy importante que los niños entiendan el porqué de las cosas, no todo es así porque sí, y si podemos explicar los motivos, evitaremos rápidamente una rabieta. En cambio, si una rabieta se da por conseguir un determinado objeto o juguete, habrá que explicarle que ese no es le modo de conseguirlo, y nunca obsequiarle con dicho objeto o juguete tras la rabieta.