Uno de los momentos más emocionantes de ser padres y el que esperamos con más ansiedad, es ese cuando nuestro bebé dice sus primeras palabras. Hemos de entender que cada bebé es un mundo. Unos empiezan a decir sus primeras palabras a los siete u ocho meses de edad, otros hasta el primer año no intentarás expresarse oralmente, e incluso, algunos lo harán más tarde.

La primera palabra de nuestro bebé no será perfecta, ni estará bien pronunciada, pero tanto para él como para nosotros tendrá un significado muy especial. Entre las primeras palabras de nuestro bebé se pueden encontrar:

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– Papá y Mamá: con estas palabras pretende llamar la atención de las personas más importantes para él.
– Agua: suele ser otra de las palabras más usadas por los bebés, para referirse a los líquidos en general y para decir que tienen sed o quieren beber.
– Tata: para referirse o llamar la atención de otro miembro de la familia a la que aprecian, por ejemplo: hermana, abuela, tía, etcétera.
– Más: los más pequeños de la casa suelen hacer uso de la palabra «más» para pedir más agua, puré o papilla, pero no sólo alimentos que ingerir, también la utilizará para pedir «más juegos» o «más mimos».
– No está: dentro del conjunto de primeras palabras del bebé, «no está» también juega un papel importante. Suelen utilizar este término cuando descubren que las personas, objetos o animales desaparecen y vuelven a aparecer.
– Ya: junto a la expresión «no está» los bebés suelen emplear la palabra «ya» para referirse a que han acabado de hacer o tomar algo, o cuando logran hacer algo, como jugar a apilar cubos.
– Guau: los bebés suelen utilizar la palabra «guau» para referirse a los perros y/o a los gatos. A los más pequeños de la casa, les llaman mucho la atención los animales, porque no son personas ni objetos inanimados, son como muñecos que pueden moverse y hacer cosas por sí solos.

Siempre se ha dicho que, ya desde el embarazo, es muy importante hablar con el bebé. Esto es debido a que durante este periodo de tiempo el bebé aprenderá a distinguir las voces, los tonos y la melodía de nuestra voz, con lo que una vez fuera de la madre podrá identificar. Algunos científicos afirman que los niños aprenden a hablar imitando a sus padres, imitando sus palabras, con lo que al final acaban aprendiendo el significado de las palabras según el uso que hagan sus padres. Pero esto no es suficiente, como padres no sólo debemos escuchar y estimular el lenguaje de los más pequeños, también tenemos que corregir aquellas palabras o frases que están mal dichas y ayudarles a formar frases nuevas.

A la hora de empezar a hablar, lo primero que aprenden los bebés es un sistema de turnos, es decir, algo tan simple como cuando me hablan escucho, y cuando hablo me escuchan. Si respondes a tu bebé cada vez que intente a hablar o haga sus propios ruiditos, le ayudarás a sentirse querido, aprenderá a interactuar, y cada vez lo hará con más frecuencia.

Pero antes de expresar sus primeras palabras, los bebés primero tratan de expresarse con balbuceos y ruidos, y poco a poco, irá sumando consonantes, hasta que finalmente, consigue formar su primera palabra. Al año y medio, nuestro bebé entrará en la segunda fase del desarrollo del lenguaje. El bebé comenzará a combinar palabras, intentando formar frases. Si hasta este momento podían aprender hasta una palabra nueva a la semana, ahora podrán aprender hasta dos al día. Lógicamente, primero empezarán por aquellas palabras que despiertan interés en sus padres o que al menos consiguen una reacción de ellos. Cuando empiezan a componer frases, eliminarán aquellas palabras que considera innecesarias, a veces, llegan a confundir letras o acortan palabras, pero poco a poco su vocabulario irá creciendo hasta contar con unas cien palabras a los dos años de edad. A los tres años de edad, el bebé ya será capaz de construir frases comprensibles. Aún así, hasta los diez años no tendrán un vocabulario perfecto ni dominarán por completo el lenguaje.