A estas altura de la vida, seguro que atarse los cordones te parece una de las tareas más sencillas que llevas a cabo a diario. Pero hubo un tiempo en el que no sabías como se hacía y tenías que pedir a una persona más mayor que te ayudara a atar los cordones de tus zapatillas o zapatos.
Muchos padres, por falta de paciencia, atrasan el momento de enseñar a sus hijos a atarse los cordones y optan por comprar zapatos sin cordones o zapatillas con tiras de velcro. Has de saber que, el simple hecho de atarse los cordones conlleva poner en práctica un ejercicio de psicomotricidad, de coordinación mano-ojo. Además, atarse los cordones fomenta la independencia de los más pequeños de la casa y motiva la confianza en sí mismos.