Cuando llega el momento de comenzar la transición desde la cuna a la cama, una de las mayores preocupaciones de los padres es que los bebés puedan caerse de la misma durante la noche, al no tener aún suficiente control de sus movimientos mientras duermen. Esta intranquilidad ha desvelado a más de un progenitor, afectando también a su sueño y su descanso. Como solución a esto existen las barreras de cama, que se colocan en los laterales de la misma e impiden que los pequeños puedan caer al suelo.

A pesar de que esta sea su principal función, las barandillas para camas infantiles también pueden utilizarse como protectores para evitar golpes contra las paredes, o que los niños puedan quedar atrapados entre las mismas y el colchón. Los primeros modelos consistían en tablones de madera o barras de metal que se sujetaban bajo el colchón, pero han evolucionado a otros modelos de barreras de cama hechos con materiales más blandos y flexibles, favoreciendo su nivel de confort, evitando golpes y facilitando su transporte. 

Por todo ello, las barreras laterales de cama no sólo aportarán un mejor sueño al bebé o al niño, sino también a los padres al garantizarles la tranquilidad y la seguridad de que sus hijos no sufrirán caídas o golpes mientras duermen, favoreciendo su descanso.