¿Qué son los cólicos del lactante?

Podríamos definir el Cólico del Lactante como un trastorno típico de los primeros meses de vida, que se caracteriza fundamentalmente por ir acompañado de un llanto intenso y prolongado. También recibe el nombre de Cólico de los tres meses, Cólico vespertino o del anochecer, Cólico de gases e incluso, como alboroto paroxístico del lactante, aunque algunos médicos prefieren llamarlo como Llanto excesivo primario, por ser el llanto el síntoma principal, aparte del dolor abdominal.

Normalmente, se usa la palabra cólico para describir el llanto incontrolable de un bebé, que aparentemente está sano. En cambio, si tu bebé tiene menos de cinco meses y llora durante más de tres horas consecutivas, como mínimo durante tres días a la semana, probablemente nos encontremos con que sufre cólicos del lactante.

Has de saber que el cólico no es ninguna enfermedad, y que a largo plazo no tendrá consecuencias en tu bebé, pero es difícil de sobrellevar día a día, tanto para los más pequeños, como para sus papás. Escucharás muchas teorías y consejos sobre cómo evitar y tratar el cólico del bebé. Algunos padres lo han probado todo, pero lo mejor sin duda es, actuar con calma y acudir al pediatra.

¿Cuánto tiempo duran los cólicos?

Como ya hemos indicado en varias ocasiones, cada niño es un mundo y cada uno sigue su propio ritmo de desarrollo, por lo que no hay una regla estándar. Lo que si te podemos confirmar es que, los cólicos suelen intensificarse cuando el bebé tiene seis semanas de vida, mejorando notablemente a los tres o cuatro meses, y al quinto mes de vida, debería haberlo superado por completo.

Así en un principio, puede que este tiempo se te haga eterno, pero has de saber que tras la tormenta, siempre llega la calma, y durante este tiempo deberás consolar a tu bebé lo mejor que puedas. Y si es necesario, pedir ayuda.
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¿Por qué mi bebé sufre cólicos?

Los cólicos son uno de los grandes misterios de la vida de un bebé. Alrededor del veinte por ciento de los bebés de pocos meses, sufren cólicos. No hay un patrón que deban cumplir. Da igual si el bebé es el primero (primogénitos) o si tiene hermanitos, si es un niño o una niña, si se alimenta de leche materna o de leche de fórmula. Tampoco se sabe por qué algunos bebés son más propenso que otros a los cólicos.

La explicación más fiable es que un bebé puede sufrir de cólicos porque su sistema digestivo es un poco sensible e inmaduro. El aparato digestivo de un bebé contiene muy pocas enzimas o jugos digestivos que se necesitan para ingerir los alimentos, por eso la digestión de las proteínas de la leche, tanto materna como de fórmula, pueden dar lugar a gases molestos. Esto puede verse reforzado por la teoría de que cuando un bebé llora de forma desconsolada traga más aire, haciendo que los cólicos se intensifiquen. Además, si has fumado durante el embarazo o sigues fumando ahora, tu bebé tiene el doble de posibilidades de padecer cólico.

Leche materna o leche de fórmula ¿Cuál es mejor para evitar cólicos?

Tanto la leche materna como la leche de fórmula pueden generar cólicos a los bebés. Algunos estudios dicen que existe una estrecha relación entre la dieta de la madre y los cólicos del bebé, pero no queda muy claro qué alimentos resultan más problemáticos, aunque los lácteos son los más sospechosos.

Si tu bebé sufre de cólicos y le estás dando el pecho, puedes probar con reducir la leche, el queso y el yogur de tu dieta durante unos días, para comprobar si existen cambios notables. También, puedes probar en comer alimentos con menos condimentos o productos que contengan trigo, frutos secos, verduras crucíferas como la col, repollo, brócoli o coliflor, y por supuesto, dejar a un lado el ajo, la cafeína y el alcohol. Si evitando estos alimentos, compruebas una cierta mejoría sobre los cólicos de tu bebé, sería recomendable dejar de tomar estos alimentos al menos durante tres meses.

Si por el contrario, tu bebé se alimenta con leche de fórmula, lo mejor será acudir al pediatra para que te indique cuál es la mejor leche que puede tomar tu hijo, o cuáles de las existente en el mercado son más recomendables por no contener proteínas de leche de vaca.