Las necesidades de energía y nutrientes dependen de las etapas de la vida, no son las mismas para un bebé, como para un adolescente o para un adulto. Por eso, dependiendo de la edad que tengamos, necesitamos aportar a nuestro cuerpo una serie de nutrientes y energía.
Teniendo en cuenta la edad y la actividad física llevada a cabo, podremos diseñar una dieta saludable que se adapte a las características individuales de cada persona, pero siempre respetando los gustos personales. Hay una frase que conviene recordar: «Hay muchas formas de alimentarse, aunque hay una forma de nutrirse». Por eso, vamos a resumir, cuáles son los aporte de energía y nutrientes que se necesitan durante la infancia y adolescencia.
Energía:
Todos los alimentos proporcionan energía, en mayor o menor grado, en función de su contenido en nutrientes. Cuando consumimos un alimento, éste libera calorías, que se transforman en energía que son vitales para crecer, realizar deportes, trabajar, en definitiva, para llevar una vida activa.
Debemos consumir tantas calorías (aportes de energía) como nuestro cuerpo necesite, de este modo, el cuerpo consume calorías para mantener la temperatura corporal (37ºC). Durante el crecimiento, desde el primer año de vida de nuestro bebé hasta la adolescencia, el consumo de energía se va incrementando. Y durante la realización de cualquier actividad física, el consumo de energías es mayor, sobre todo en personas que practican deportes.