En varias ocasiones, hemos comentado la importancia de la lactancia materna, pero desafortunadamente, en ocasiones no es tan fácil como parece, y surgen problemas o dificultades para dar el pecho a nuestro bebé. Para que puedas continuar con la lactancia materna y no dejar que estos inconvenientes se conviertan en un verdadero problema, lo mejor es prevenirlos a tiempo.
Grietas en el pezón
La aparición de grietas en el pezón es uno de los problemas más comunes durante la lactancia materna. Las grietas más comunes son aquellas que se forman entre el pezón y la areola, y es un signo de que el niño no está amamantando correctamente, y únicamente está cogiendo el pezón a la hora de hacerlo. Para evitar las grietas en el pezón debemos buscar la posición más adecuada para dar el pecho, aquella que nos resulte más cómoda tanto para ti, como para tu bebé. Es muy importante que para conseguir una correcta alimentación, nuestro bebé tendrá que coger tanto el pezón como la areola, con su boca.
Si ya tienes grietas en el pezón, entonces habrá que curarlas con cremas indicadas especialmente para ello, que encontrarás en cualquier farmacia o parafarmacia. Para curar las grietas en el pezón también puedes usar algún método casero y natural, como limpiar el pezón con un paño suave y seco, y después echarle un poco de tu propia leche. Aunque sea difícil de creer, tiene propiedades antiinflamatorias y antiinfecciosas, y en pocas aplicaciones notarás sus efectos.
Si quieres evitar las grietas en el pezón ya desde el embarazo, consulta con tu matrona o ginecólogo cuál es la más idónea en tu caso.
Ingurgitación de las mamas
Si ya has pasado por un embarazo habrás comprobado que tras el parto, el calostro es lo primero que sale de nuestra mama, y con el paso del tiempo, poco a poco este calostro se va volviendo leche. No es hasta el tercer o cuarto día cuando los pechos se