Tendríamos que estar todo el día detrás de nuestro bebé y tener la casa preparada para evitar golpes, para que nuestro pequeño no se hiciera ninguna herida. Lamentablemente, por mucho que lo queramos evitar, antes o después tu bebé se hará una herida y como tal, tendrás que armarte de valor y hacer de enfermera o enfermero para curar sus heridas.

Sabemos que no siempre es fácil determinar qué procedimiento seguir para curar las heridas de un bebé. Por ese motivo, queremos darte una serie de consejos sobre cómo curar las heridas a un bebé o de un niño pequeño.

Cómo curar las heridas a un bebé

Aunque sean pequeños y tener poca movilidad, los bebés no están exentos de sufrir lesiones, pequeñas heridas, rasguños o golpes. Porque nunca sabemos qué puede llegar a pasar, lo mejor es estar preparado ante cualquier situación y saber cómo curar heridas a un bebé.

Una vez que se ha producido la herida, no hay que alarmarse. Lo primero será comprobar cómo es la herida y lavarse bien las manos antes de actuar. Si la herida del bebé es superficial, no existe gravedad y no sangra, o lo hace poco, habrá que proceder a lavar la herida con agua y jabón suave, para evitar que se infecte. Este proceso se llevará siempre a cabo, sin frotar. Cuando la herida haya quedado limpia, procedemos a secarla bien. Posteriormente, puedes optar por taparla con una tirita, gasa o venda.
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Recuerda que las tiritas normales, suelen despegarse fácilmente al entrar en contacto con el agua, por lo que puedes optar por adquirir tiritas especiales para niños, más resistentes al agua, que quedarán pegada a su piel por más tiempo. Es conveniente que limpies la herida y cambies el apósito a menudo, hasta que la herida cierre o cicatrice.
Si en cambio, la herida es más profunda o presenta sangre abundante, lo primero será colocar una gasa limpia sobre la herida, presionando firmemente para detener la hemorragia. Si puedes, eleva la zona de sangrado por encima del pecho del bebé, para reducir el flujo sanguíneo. Si no es muy profundo el corte, en pocos minutos dejará de sangrar.

Ahora bien, si la herida se ha producido en el labio, la mejor forma de cortar el sangrado es colocando un cubito de hielo envuelto en un trapo limpio. Si la herida mide más de 3 mm, lleva al niño al médico. Si compruebas que se ha dado en el frenillo, enjuaga su boca, para limpiarla bien y comprobar si se le ha partido. Presiona la herida con una gasa empapada de suero fisiológico y si lo ves necesario acude al pediatra.