Siempre hemos oído que los niños deben comer de todo, y decirles a nuestras abuelas que nuestro hijo va a seguir una dieta vegetariana, sería toda una barbaridad, pudiéndonos tachar de malos padres. Pero hoy en día, son cada vez más los padres que optan por seguir una dieta vegetariana, introduciendo, poco a poco a sus hijos en esta filosofía de alimentación.

Aunque una dieta vegetariana puede ser considerada una dieta sana para el adulto, has de saber que no es tan buena para el desarrollo físico y cognitivo del bebé y del niño. Sólo aquella dieta rica en gran variedad de alimentos de origen vegetal, que incluya cereales, frutas, hortalizas, legumbres, aceite de oliva, frutos secos y acompañada de suficiente leche materna o una fórmula láctea ideal para bebés, puede ser considerada una dieta normal.
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Como modalidades de la dieta vegetariana, existen actualmente muchas dietas restrictivas, como son por ejemplo la frugívora (aquella dieta que no consume ningún producto de origen animal) o la crudívora (dieta compuesta a base de vegetales crudos), pero ninguna de ellas son aconsejables para los bebés o niños en edad de crecimiento, ya que se han asociado disminuciones en el crecimiento, debido a la falta de componentes esenciales para el buen desarrollo del organismo, como pueden ser el yodo o la vitamina B12.

Si finalmente se opta por seguir una dieta vegetarina infantil, habría que introducir los alimentos en el bebé poco a poco, del mismo modo que en una alimentación completa. Los alimentos sólidos, deberán introducirse en el bebé de forma progresiva, sustituyendo la carne por alimentos derivados de la soja, el tofu en puré, legumbres, frutos secos triturados o machacados en forma de crema o añadidos a otras preparaciones. Como bebida principal para la dieta vegetariana infantil, se puede utilizar bebidas procedentes de soja enriquecidas con vitaminas, calcio y B12, a partir de los 12 meses.

Para seguir una dieta vegetariana infantil de lo más completa puedes seguir los siguientes consejos:

· Opta siempre por escoger entre una gran variedad de alimentos, como frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas y cereales, y si lo deseas puedes añadir huevos y lácteos.
· Utiliza aceite de oliva para cocinar y aliñar los alimentos.
· Minimiza el consumo de dulces ricos en sodio o grasas, especialmente aquellos que contengan gran cantidad de grasa saturada y ácidos grasos trans.
· Emplea una fuente regular de vitamina B12 y vitamina D.
· Utiliza la sal con mesura, y si es posible, elige siempre sal yodada.