Durante los primeros meses del bebé es muy difícil que se produzcan intoxicaciones, a no ser que, sea debido a la administración equivocada de un medicamento, o al preparar la papilla o biberón del pequeño al introducir algún tóxico en lugar de agua. Aunque si puede darse un caso muy peculiar, la intoxicación por polvos de talco, que aunque no es muy habitual, siempre hay que estar preparado para saber cómo actuar si se produce.
La intoxicación con polvo de talco puede ocurrir, cuando cambiando a nuestro bebé, de forma accidental inhala o ingiera este producto. El síntoma más común ante la intoxicación con polvos de talco, es la dificultad para respirar. Pero también se pueden dar: irritación de ojos, oídos, nariz y garganta, disminución de gasto urinario en forma considerable, problemas gastrointestinales como vómitos o diarrea. Si la intoxicación es mayor, puede darse problemas en pulmones, corazón, desmayos, convulsiones, dolor torácico, tos, insuficiencia respiratoria, fiebre o somnolencia, entre otros síntomas. En la piel del bebé pueden salir ampollas, sarpullidos o descamación.