La leche materna es la fuente perfecta de nutrición para los bebés, porque contiene cantidades apropiadas de carbohidratos, proteínas y grasas, y suministra igualmente enzimas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que requieren todos los bebés. La leche materna también contiene valiosos anticuerpos de la madre que pueden ayudar al bebé a combatir las infecciones.
La leche de vaca, en sí misma, es inapropiada para bebés menores de 1 año y si se les suministra a temprana edad, pueden desarrollar una alergia a los productos lácteos. Aunque la leche de vaca contiene la mayoría de los componentes de la leche materna, estos componentes no se encuentran en las mismas cantidades. La leche de vaca también carece de agentes inmunológicos llamados anticuerpos, que ayudan a proteger a los niños hasta que su propio sistema inmunológico se desarrolle completamente.
Las fórmulas preparadas comercialmente pueden estar basadas en leche de vaca sin grasa, proteína del suero o proteína de soya. Con el fin de suministrar una dieta balanceada al bebé, las fórmulas deben ser enriquecidas con carbohidratos, grasas, minerales y vitaminas. Sin embargo, los anticuerpos encontrados en la leche materna nunca pueden agregarse a las fórmulas.