El miedo a la oscuridad, también llamado Escotofobia, es un problema, muy habitual, que suele darse en los niños más pequeños de la casa. Pero este miedo a la oscuridad puede ser superado, a través de juegos.
¿Cómo se presenta el miedo a la oscuridad?
Cuando un niño tiene miedo a la oscuridad (escotofobia) prefiere ir a dormir a la cama de sus padres, buscando protección, y manifestando rechazo y miedo a la oscuridad. Los niños suelen relacionar la oscuridad con soledad y desamparo. Y su gran poder imaginativo les puede provocar malas pasadas sospechando que en la oscuridad, se pueden esconder malas personas o monstruos debajo de la cama, tras las cortinas o dentro del armario. Esta sensación de miedo a la oscuridad es natural en el proceso evolutivo, y se puede vencer de una manera educativa, por medio de juegos, canciones o elementos sustitutivos de luz. Con todo ello, se pretende reforzar la confianza de los niños, ayudándoles a relajarse y a conciliar el sueño.