Siempre se ha dicho que para tener una piel sana, hay que llevar una buena alimentación, comer sano. ¿Pero sabes qué necesitas para nutrir tu piel desde su interior?

Existen muchos mitos sobre la aparición del acné, como por ejemplo: comer chocolate o abusar del café provocan acné. Aunque no es verdad, tampoco anda muy desencaminados, porque para tener una piel sana por fuera y por dentro, hay que comer bien. Lo ideal será introducir en nuestra dieta alimentos ricos en vitaminas, y por supuesto, beber mucha agua. Con esto sería suficiente para conseguir una piel bien nutrida y sana.

Si quieres nutrir tu piel, tan sólo deberás seguir los consejos que te presentamos a continuación:

· Beber mucha agua: Lo ideal será beber unos 10 vasos diarios de agua. Pero no sólo para nutrir tu piel, también para mantener un estado óptimo de hidratación. El agua ayuda a eliminar toxinas y aporta nutrientes a todo el cuerpo. Es aconsejable tener agua siempre a mano.

· Ácidos grasos: Introduce en tu dieta los ácidos grasos omega 3 y omega 6 esenciales que necesitas. Estos ácidos grasos te ayudarán a conservar la piel suave y tersa. Puesto que nuestro cuerpo no puede fabricar estos ácidos grasos, es necesario introducirlos por medio de la alimentación, con productos como: salmón, aceite de oliva, aceite de linaza, frutos secos y semillas.

· Antioxidantes: Las vitaminas y los suplementos antioxidantes protegen nuestra piel de los efectos del sol y de la polución, además de contribuir a su regeneración.

· Cinc: El cinc actúa junto a la vitamina C para producir colágeno, esencial para tener una piel sana. Pero no sólo trabaja con la vitamina C, porque el cinc ayuda a la vitamina A a regenerar los tejidos y mantener sanas las células de nuestra piel. Podrás encontrar cinc en alimentos tan comunes como la harina integral, de avena y centeno, en la carne roja, en las ostras, en las nueces y en las pipas de calabaza.

·Vitaminas: Las vitaminas son esenciales para el cuidado de nuestra piel, al igual que del resto de nuestro organismo. Cada vitamina actuará de una forma u otra en el cuidado de nuestra piel.

La vitamina A por ejemplo, renueva y proteger las células de la piel, reduce la producción excesiva de sebo y grasa, evitando que los poros de nuestra piel se obstruyan y se formen granos. Puedes encontrar vitamina A en la naranja, limón, pomelo, zanahorias, melón, espinacas, papaya, col, papaya o aceite de hígado de pescado, entre otros alimentos.

La vitamina B: Las vitaminas B complejas tienen múltiples efectos beneficiosos para la piel. Las vitaminas B pueden curar sarpullidos, la piel seca o irritada, e incluso resulta ideal para aquellas pequeñas grietas en la comisura de los labios. Puedes encontrar vitaminas B en cereales integrales, frutos secos, huevos, carne, pescado, fruta, verduras y leche. Recuerda que la falta de vitamina A y/o B pueden provocar problemas en la piel y la caída del cabello.

La vitamina C: La vitamina C ayuda a nuestro cuerpo a producir colágeno. El colágeno es una sustancia que mantiene las células unidas, se podría definir como el pegamento que une las células. La vitamina C se encuentra en los cítricos, el pimiento verde y rojo, el brócoli y los brotes germinados.

La vitamina E: La vitamina E ayuda al cuerpo a mantenerse hidratado, además de protegerlo contra la acción de los rayos del sol. Protege a nuestras células evitando la degeneración de los tejidos y el envejecimiento prematuro. En ocasiones, se utilizar la vitamina E, de forma tópica, para evitar que queden marcas o cicatrices, o en casos de piel extremadamente seca. Puedes encontrar vitamina E principalmente en semillas y frutos secos.

Siguiendo estos prácticos consejos junto a una óptima limpieza de nuestra piel ayudará a cuidar tu piel por dentro y por fuera, manteniendo la piel nutrida, sana y atractiva.