Cuando una pareja llega a la ruptura y con ella la separación, los niños son los que peor lo pasan. La separación de los padres es siempre una experiencia dolorosa, para los más pequeños de la casa, cuando no traumática. Normalmente, una separación llega tras discusiones y muchas tensiones en el entorno familiar, en las que el niño, en alguna ocasión, ha sido testigo.
Sólo el hecho de separarse los padres no es un hecho aislado, ya que la separación también implica un cambio significativo e importante en la vida de los niños, por eso es importante seguir una serie de pautas de actuación, por parte de los padres separados, para evitar, en medida de lo posible, los daños de la separación. Los padres se ven como ex parejas, pero también hay que pensar que siguen siendo el padre y la madre del mismo o los mismos niños.
Lamentablemente, en la mayoría de los casos quedan sentimientos de rencor, lo que hace que en la mayoría de las veces se vean como enemigos. Pero los niños no pueden ver esta diferencia, porque para ellos siguen siendo su papá y su mamá. Lo que no hay que hacer nunca es utilizar a los hijos como moneda de cambio o campo de batalla de una separación. Por una vez, debemos actuar como adultos y tratar los aspectos de la separación poniéndonos en el lugar de los más pequeños, evitando en todo momento que se conviertan en las víctimas inocentes de la separación de los padres.
Algunos niños junto a la separación de sus padres, han sufrido lo que se conoce como el Síndrome de Alienación Parental, que tiene consecuencias muy negativas para el bienestar y equilibrio psicológico del niño, debido principalmente a que se ha usado al niño para vengarse o como comentamos anteriormente, como moneda de cambio.
A continuación, vamos a explicar una serie de pautas de actuación que deben seguir los padres separados para evitar, en la medida de lo posible, que los niños lo pasen mal ante la separación y minimizar los efectos sobre ellos.
·Explicar la decisión entre los dos: Ante la nueva situación familiar, deberán ser ambos progenitores los que deberían explicar por qué se ha tomado dicha decisión, sin culparse uno al otro, poniendo especial atención en cómo va a ser la nueva situación familiar, con quién van a vivir los más pequeños, cómo se van a organizar, etcétera. La forma más habitual de abordar este problema, sin explicar las razones por las que los padres han decidido separarse, sería empezar con: «Mamá y papá van a dejar de vivir juntos, pero te vamos a seguir queriendo igual…»