Cuando una pareja llega a la ruptura y con ella la separación, los niños son los que peor lo pasan. La separación de los padres es siempre una experiencia dolorosa, para los más pequeños de la casa, cuando no traumática. Normalmente, una separación llega tras discusiones y muchas tensiones en el entorno familiar, en las que el niño, en alguna ocasión, ha sido testigo.

Sólo el hecho de separarse los padres no es un hecho aislado, ya que la separación también implica un cambio significativo e importante en la vida de los niños, por eso es importante seguir una serie de pautas de actuación, por parte de los padres separados, para evitar, en medida de lo posible, los daños de la separación. Los padres se ven como ex parejas, pero también hay que pensar que siguen siendo el padre y la madre del mismo o los mismos niños.