Como padres cuando nuestros hijos se caen, tendemos a reaccionar mal si vemos que se ha hecho una herida. En los casos en los que los niños se hacen heridas, es ideal saber de qué se trata, cómo se ha hecho la herida, saber si la herida está infectada y qué hacer para curar la herida, evitando que se infecte.

Una herida se infecta cuando los microbios se instalan en la incisión que se ha generado en la piel. Estas bacterias se alojan en los tejidos impidiendo que la herida se cure y causando otros síntomas. La infección puede darse, tanto en heridas pequeñas, como en heridas más grandes, y siempre que no se hayan tratado adecuadamente.

Independientemente de cómo se haya hecho la herida, la infección puede salir en cualquier tipo de herida: en heridas provocadas por objetos punzantes, en cortes, desgarros o quemaduras. La infección más común es aquella provocada en incisiones más profundas como grandes quemaduras o heridas provocadas por mordeduras.